lunes, 14 de marzo de 2016

The man in the high castle (2015). ¿Qué pasaría si los nazis hubiesen triunfado en la 2º Guerra Mundial?

Sinopsis
Adaptación de la novela homónima de Philip K. Dick "El hombre en el castillo". Las fuerzas del Eje (Alemania y Japón) ganaron la II Guerra Mundial y ahora Estados Unidos está dividida en tres partes. Joe Blake, un luchador de la resistencia, parte de la Nueva York alemana con un misterioso cargamento hacia la zona neutral de Colorado. Por su parte, en la San Francisco japonesa, Juliana Crane recibe de manos de su hermana unas filmaciones que muestran una realidad alternativa en la que los aliados ganan la guerra. (FILMAFFINITY)
Comentario
Inspirada en la homónima novela del grandísimo P. K. Dick, “The man in the High Castle” nos plantea un mundo ucrónico donde el vencedor de la Segunda Guerra Mundial no es el bloque de los aliados sino el del Reich alemán apoyado por el Imperio japones. Este es el escenario que nos encontramos cuando realizamos el primer visionado de esta producción. La ambientación, no puede ser mejor, de esta manera, somos partícipes de los mecanismos propios de estados totalitarios que a través de la coacción, la tortura, las purgas (incluso se respira el aire antisemita propio del nazismo), etc.

Dentro de este escenario, décadas después del día de la victoria alemana (ya no se celebra el 20-N), se nos presenta una situación política exterior basada en un status quo entre el bando alemán y el japonés que se respetan en apariencia pero que, por dentro, se respira una paz tensa que precederá a una guerra que en esta primera temporada aún no estalla debido a acciones individuales de algunos personajes. Sin embargo, gran parte de los altos mandos alemanes quieren hacer estallar esta guerra y asegurarse un cargo de honor ante una próxima desaparición de A. Hitler, gravemente enfermo.
Así es la situación geopolítica que se respira en la serie. Sin embargo, el principal argumento, radica en la existencia de un hombre desconocido (The man in the High Castle) que, en algún punto desconocido de los desaparecidos EEUU, suministra una serie de películas a la resistencia yankee. Dichas películas, y ahí va la carga “dickiana”, consisten en presentar una realidad paralela (¿la nuestra?) y jugar así, como hace el literato en sus novelas, con los límites de la realidad y la fantasía, ¿qué es real? ¿qué es fantasía? ¿vivimos en la realidad correcta? ¿existe otra dimensión paralela donde los nazis vencieron la guerra? Todo pertenece al enorme universo de P. K. Dick que creía que el mismo tenía dos identidades, la suya propia y otra de un cristiano perseguido por Nerón cuando dormía. Fuera de la anécdota, estoy presentando uno de los tópicos literarios más afamados de este escritor (dicho tema también se explora en “Así fluyan las lágrimas dijo el policía” y en otras muchas obras suyas) y que se recoge con gran acierto y que será uno de los temas que domine la serie en un futuro.
En definitiva, es una serie que he visto a lo largo de los últimos días y de la cual me llevo una grata sorpresa. Además, cae en lo que para mi es una ventaja, no se deja llevar por maniqueismos, nos muestra el lado más brutal de los nazis, japos y de la resistencia, al mismo tiempo que nos muestra sus aspectos más humanos. De esta forma, tenemos personajes bastante bien trazados y desarrollados aún para ser la primera temporada de esta producción y obviando ciertas simplificaciones, la serie hace gala de un notorio mérito argumental, dosificando con suma eficacia los picos de tensión y logrando con ello inducir en el espectador una desazón creciente que alcanza cotas rayanas en lo insoportable —a la par que memorable— durante un “final de temporada” que nos deja perplejos y atónitos. Todo viene envuelto, además, en un primoroso diseño de producción en el que se ve la mano sabia de un Ridley Scott, aquí productor ejecutivo, con experiencia sobradamente contrastada en estas lides.
Aquí os dejo el trailer y su magnífico opening:

José Ángel Castillo Lozano

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